El próximo domingo, día 4 de enero se conmemora el 89 Aniversario de la

muerte del novelista canario
Benito Pérez Galdós, quien falleció en la madrugada del 4 de enero de 1920 en Madrid. Para recordar el luctuoso acontecimiento, la
Casa-Museo Pérez Galdós, centro dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural del
Cabildo que vela por perpetuar la obra y la memoria del insigne autor de los “Episodios Nacionales,” exhibirá estos días, un panel recordatorio en sus dependencias y un multimedia con una selección de los titulares recogidos por la prensa de la época con motivo de la desaparición del novelista. Durante mañana de ese domingo, en horario de 10,00 a 14,00 horas, también se obsequiará al público que acuda al citado museo situado en la calle Cano de
Triana, con un ejemplar galdosiano hasta fin de existencias. Con la finalidad de informar al público sobre la vida y obra de
Pérez Galdós, el personal técnico del
Museo realizará estas visitas en la fecha y horas indicadas. Las actividades propuestas cuentan con la colaboración de la Dirección del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Consejería de Educación, Universidad, Cultura y Deportes del
Gobierno de Canarias.
La conmemoración ha coincidido con la edición del tomo número catorce “Las novelas de

Torquemada”, correspondiente a la colección “Arte, Naturaleza y Verdad”, que coordina la catedrática Yolanda Arencibia, y publica el
Cabildo grancanario. Hasta la fecha se han publicado una quincena tomos de esta colección que ha reunido por vez primera en España la obra completa y revisada de
Pérez Galdós, un autor que a lo largo de cincuenta años de escritura interpretó la realidad desde su tiempo, creando un universo de ficción trabado y coherente. Dar a conocer al gran público su aventura literaria y su discurrir cronológico es lo que persigue esta colección del Cabildo que dio comienzo hace tres años.
La noticia de la muerte del escritor canario fue ampliamente recogida en la prensa, tanto nacional como extranjera, de los días siguientes. Publicaciones como La Esfera, Nuevo Mundo, Hoy, El Imparcial, El Fígaro, Crónica Gráfica, El Sol, El Correo Español, El Cantábrico, entre otras, dedicaron amplios espacios a glosar la figura del universal novelista con titulares como “Ha muerto el patriarca de las letras españolas”, “Emocionante demostración del sentimiento popular”, “La muerte del maestro”, “El duelo de España ante la muerte de Galdós”, “Duelo nacional”… Esa noche cerraron todos los teatros madrileños en señal de duelo.
El entierro, acontecido la tarde del 5 de enero, constituyó una gran manifestación popular y miles de personas de toda condición acompañaron el féretro en su recorrido desde el Patio de Cristales del Ayuntamiento de Madrid, donde se instaló la capilla ardiente, hasta el cementerio municipal de La Almudena.
Biógrafos y estudiosos de
Benito Pérez Galdós han reseñado también los últimos días del escritor. Pedro Ortiz Armengol, en Vida de Galdós1, refiere que desde primeros de 1920 la salud de don
Benito empeoraba considerablemente debido a la uremia que sufría. Tratado por Gregorio Marañón, falleció, a los 76 años, en su alcoba de la casa de su sobrino José Hurtado de Mendoza y
Pérez Galdós, en el número 7 de la calle Hilarión Eslava. Dijeron los periódicos que los primeros en presentarse en la casa fueron el ministro de Instrucción Pública, don Natalio Rivas; políticos, como Alejandro Lerroux; aristócratas, entre ellos doña Emilia Pardo Bazán; y otras personalidades de la vida política e intelectual del momento. El mismo día 4, el ministro Rivas puso a la firma del Rey un Decreto estableciendo honores y distinciones al fallecido: el entierro sería costeado por el Estado, y asistirían al mismo las Reales Academias, Universidades, Ateneo y Centros de Enseñanza y Cultura, así como funcionarios ministeriales.
Juan Rodríguez Drincourt, en Las Palmas y Don Benito, un afecto mutuo, reproduce el Acta del Pleno Municipal del Ayuntamiento de
Las Palmas de Gran Canaria que en sesión del 7 de enero trató la muerte de
Galdós. Entre los acuerdos tomados figuran el agradecimiento al Gobierno y al Ayuntamiento de Madrid por los honores tributados al insigne escritor canario en su sepelio; el encargo al escultor Victorio Macho de un busto en mármol del novelista; y la decisión de que la Corporación en pleno, presidida por el Alcalde, se trasladase al domicilio familiar de la calle Cano para dar el pésame a la familia en nombre de la Ciudad. Se leyeron numerosos telegramas de Corporaciones y particulares, procedentes de Canarias, de la Península y de la colonia canaria en Cuba, que, dirigidos al Alcalde, daban el pésame a la Ciudad por la muerte de
Benito Pérez Galdós.