viernes, octubre 14, 2005

Arte en la ultra-periferia (V),Valoración Cultural

Continuamos con la publicación de la entrevista realizada por J.M. Castellano a Ramón Salas (profesor titular y director del Departamento de Pintura y Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna), publicada el pasado Jueves, 30 de junio de 2005 en www.canariasahora.com


¿La cultura canaria es ombliguista? ¿Hemos pasado de un marcado complejo de inferioridad a un excesivo orgullo?

Supongo que son dos caras de la misma moneda.


¿Convive la endogamia y la antropofagia en la cultura canaria?

El sector que yo conozco es más antropófago que endogámico. Ahora bien, las digestiones se hacen siempre en tertulias con los mismos comensales. Tanto los elementos recurrentes que conforman un estilo como los abscesos de autocomplacencia provienen menos de la dieta que del modo de interpretarla. Aquí interpretamos en circuito cerrado, lo que no resulta muy estimulante. No obstante, a mí me preocupan ambas cosas por igual, ninguna de las dos favorece el desarrollo de criterios, una por defecto la otra por exceso. Me aburre tanto el baile de magos como la fiesta más dance, pero, quizá por la edad, la segunda me aturde más.


¿Los poderes públicos canarios tratan a la cultura como un bien de primera necesidad en el progreso social? ¿La cultura tiene réditos electorales?

Creo que el fenómeno Guggenheim produjo un espejismo que hizo pensar a los políticos que las inversiones culturales podrían proporcionar esos réditos. Creo que la política cultural (en segunda acepción) no influye en absoluto en el reparto de votos. En cuanto al progreso social creo que urge tratar de definirlo, eso y no otra cosa es lo que entiendo por política cultural. Considero que la crisis de la enseñanza es debida en gran medida al descubrimiento de que la máxima burguesa de que la cultura genera progreso estaba basada en una creencia que se ha demostrado infundada.


¿Cómo valora Ud. la oferta cultural tinerfeña?

Mi televisión emite muchas más películas de las que puedo ver, mi navegador encuentra muchos más artículos de los que puedo hojear, mi librero me trae más novedades de las que puedo leer, sólo en La Laguna se dictan muchas más conferencias que las que mis obligaciones laborales y domésticas me permiten escuchar. Últimamente me pierdo hasta las exposiciones de mis amigos? Mi problema, y supongo que el de miles de personas, no es la oferta sino el tiempo, no son las posibilidades sino la capacidad de orientación. Cuándo, por fin, consigo ver una película (no me refiero a Spiderman) ¿qué posibilidades tengo de encontrar otras dos personas con las que poder cambiar impresiones, es decir, con las que recrearla?


¿Nos encontramos con una oferta cultural superior a la demanda, a pesar de que la demanda esté estancada pese al crecimiento de universitarios y personas con mejor formación básica?

En este momento el nivel de formación está completamente disociado del desarrollo cultural. A menudo hablamos de problemas culturales ignorando los problemas materiales que están detrás de muchos de ellos. Gran parte de lo que llamamos oferta cultural es un ejemplo del desarrollo distrófico de la producción intelectual de unos profesores obligados a aumentar nuestra productividad sin saber muy bien para qué.


¿La oferta cultural actual cumple una función de integración social?

La mala sí. He tratado de explicar que no creo que la integración social sea un objetivo de la cultura (de segunda acepción). Otra cosa es la articulación social.


¿Cree que hay razones profundas para "el malestar de la cultura" en Canarias?

El malestar de la cultura es un libro escandalosamente desfasado que partía de la base de que la civilización y su cultura se basaban en los pilares de la belleza (la integridad), el orden y la higiene, principios extraños a nuestros instintos animales y, por ende, profundamente represores. Ahora vivimos en una civilización desintegrada, fea, caótica y contaminada basada en el sacrosanto principio de la libertad de compra y que fomenta la liberación de nuestros instintos consumistas. Hoy la cultura no sólo no reprime nada sino que fomenta y se retroalimenta del capricho; más que malestar provoca frustración, la frustración de desear cosas que, al no responder a un sistema de necesidades, no pueden satisfacernos y sólo disparan ese deseo del deseo eternamente malogrado.


¿Desde su perspectiva considera que Tenerife es una sociedad culta?

Sinceramente, no lo sé. Eso sólo se puede contestar en términos comparativos y no conozco otras sociedades. Sospecho que bastante menos que la holandesa y más que la de la inmensa mayoría del planeta. Hay una cosa que sí sé: aquí hay más gente que en otras partes con un nivel de desarrollo comparable que ha conocido muy pocos más lugares que aquel en el que vive ,muchos de los que sí los conocieron lo hicieron forzados por la situación económica y la emigración -forzada- suele producir reacciones nostálgico-castizas. Eso es muy grave, afecta al relativismo y, en consecuencia, a la capacidad de ironía. Creo que el Estado tiene la obligación de facilitar que los canarios visiten Europa con la misma facilidad y al mismo coste que los barceloneses.

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