El músico Pedro Guerra, tinerfeño afincado en Madrid, se ha metido en un buen lío. "El baile del chiki chiki", la canción que finalmente representará a España en el festival de Eurovisión, lleva su firma, tal como señaló él mismo durante el programa de Andreu Buenafuente en La Sexta. El autor canario aseguró en ese espacio televisivo haber compuesto la música del tema, mientras que segundos después el actor y director español Santiago Segura se revelaba como el artífice de la letra, "lo mejor que he escrito después de Apatrullando la ciudad", precisó. Lo que tal vez comenzó como una broma sin mayor importancia ha pasado a convertirse ahora en un asunto bastante más trascendente, sobre todo después de que la campaña publicitaria lanzada por la productora de Buenafuente, El Terrat, consiguiera colocar la canción entre las favoritas para acudir al festival europeo de la canción.
A todas estas, Pedro Guerra guarda silencio. Si bien Santiago Segura ha seguido implicado en estre proyecto musical, encargándose de dirigir algunas concentraciones de fans de Rodolfo Chikilicuatre -el cantante de ficción que interpreta la canción-, el canario parece haber desaparecido del mapa. ¿Es real su implicación en "El baile del chiki chiki"? Lo cierto es que todo apunta a que no. Parece ser que tanto Guerra como Segura fueron pillados en el programa de Buenafuente para colaborar en lo que debía ser una broma dirigida al conductor de ese espacio. En sendas visitas al plató de La Sexta, ambos aceptaron hacer una breve declaración sobre su participación en la canción, que quedó grabada.
Ahora, todos los medios nacionales hablan sin reparos de una pieza musical compuesta por Pedro Guerra y Santiago Segura. Sin comerlo, ambos se han convertido en responsables de lo que ya amenaza con convertirse en la nueva canción de la Semana Santa, quizá hasta del verano. Veremos cuánto tarda en fabricarse una versión dance.
Entretanto, los asiduos del festival europeo están que trinan. Pese a que, todo hay que decirlo, los cantantes reales que aspiraban a representar a España constituyen una buena muestra de lo peor de la música española, el hecho de que alguien sin el mayor interés por acudir al certamen lo haya conseguido les ha sentado como una patada. Los colectivos de apoyo a Eurovisón (sí, existen) y de respaldo a toda una legión de imitadores de Bustamante, Mónica Naranjo y Bisbal inundan los foros de Internet echando pestes contra Chikilicuatre y mostrándose profundamente dolidos por lo que consideran una burla y un ataque directo contra los artistas "de verdad".
Al final, es cierto que la canción del 'chiki chiki' resulta ridícula, pero es divertida. Las que competían contra ella son también ridículas, además de casposas y aburridas. Igual que Eurovisión, un concurso condenado a desaparecer o a mantenerse con vida sólo gracias al apoyo de los países que se van incorporando a la UE, como si para ser europeo de verdad hubiera que pasar por un tormento musical de tal calibre.
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